Café con leche para todos

 

(reflexiones de un camarero a-go-ta-do)

A mi no se me mueren las neuronas … al contrario, ¡las tengo cada día mas despiertas!

Y es lo que tiene trabajar en un bar e intentar tomar nota mental, sin utilizar la libreta.

Ahí voy, apuntando lo que quiere la gente –por supuesto, todo diferente-: un café solo,  concentrado, ristretto … italiano ( con tanta definición me habrá visto cara de no tenerlo muy claro), un cortado corto de café, un café con leche con solo una nube de leche y un descafeinado de sobre sin azúcar…

Una compañera me dijo el otro día que la variedad es mayor si las que piden son todas chicas … tendré que observarlo y mientras, sigo escuchando: un cortado con la leche templada, un café con leche con la leche fría .. y por favor, con sacarina.

Ya en la máquina, hago repaso mental del pedido y empiezo a prepararlo y a la par que veo cómo se trituran los granos no puedo dejar de pensar  ¡pero mira que somos raros!, que cuando pueda elegir, cuando tenga mi propio bar, cuando cambie de trabajo,  pondré un cartel bien grande en la puerta que diga: aquí  ¡café con leche para todos!, único y exclusivo, sin posibilidad de cambios.