Me ha gustado verte, me ha emocionado ver el brillo en tus ojos y el temblor en tu voz.
Me he contagiado de tu alegría y tus pesares y mi cabeza ha empezado a dar vueltas como una loca intentando alcanzarte.
No sabes si eres una ingenua por creerte esos mensajes positivos que escriben en los blogs, por ser fan de gente que lucha y crece como los
mrwonderful y haberte creído eso de que
"si puedes soñarlo, puedes hacerlo" o eres eso que llaman emprendedora, dispuesta a sufrir y tener ojeras, a trabajar mas horas de las que tiene el reloj pero a hacerlo para vivir de lo que te gusta, de lo que es tu pasión.
No es momento para riesgos dicen unos, ahora o nunca dicen otros; y tú me miras esperando escuchar de mis labios una palabra de ánimo, esperando ver como mis brazos te dan un pequeño empujón que te acabe de decidir a intentarlo.
Llevas muchos papeles bajo el brazo, hojas llenas de números y sueños, de ilusiones e incertidumbres, de sies pero noes, de ¿y qué pasará si no consigo salir adelante? y yo, también dudo, entre la ingenuidad y el realismo, entre la comodidad y el riesgo, entre sobrevivir o disfrutar viviendo.
Y, finalmente, me uno a tu deseo porque querer es ya la mitad del poder, porque lo peor que puede ocurrirte es que tu empresa no consiga salir adelante y, entonces, acumularás tu experiencia, recogerás tus sueños y habrás aprendido que tras una caída hay que volver a levantarse.
No se si eres ingenua, querida, lo que se es que tienes derecho a luchar por tu sueño, a emprender, a triunfar o equivocarte. A creer en ti misma.