Lleva un sombrero de fieltro en dos tonos de rosa.
Americana y un pañuelo al cuello. Es todavía una niña pero se adivina que es coqueta.
Mientras espera paciente su turno varias enfermeras vienen a saludarla: todas coinciden en decirle lo guapa que está y cómo ha cambiado el color de su cara desde que ha vuelto a casa.
Todas se alegran de verla y de que su viaje de hoy sea de ida y vuelta.
La madre contempla la escena con una media sonrisa, con el gesto sereno y una mirada profunda que esconde miles de miedos y toda la esperanza de ver más cerca el final de un mal sueño.
La niña habla del concierto de Melendi al que va a ir este fin de semana y alguien le ofrece intentar que le firme un disco a través de una amiga. Yo cruzo los dedos y espero que Melendi cumpla ese pequeño sueño y que la llame a su lado y le diga que ella si que es famosa, importante, que ella si que es una estrella.
No conozco a la niña del sombrero rosa pero me ha hecho ilusión verla. Me ha encantado que estuviera en la sala de espera de un hospital solo para una revisión, en pleno camino "de vuelta".
Yo tampoco conozco a la niña, pero también me alegro....
ResponderEliminarBuen fin de semana...
Cuantas niñas como esa hay en las salas de espera, cuantas historias. Que bien que hoy podamos desearle a la niña que no conocemos que un cantante le firme un disco y que lo pueda escuchar en su casa. Un abrazo
ResponderEliminarSeguro que firmará :)
ResponderEliminarUn beso.
Que alegría que esté de vuelta, y que vuelva a tener ilusión y proyectos, y que quiera volver a estar guapa… y que su cara sea el reflejo de su alma.
ResponderEliminarUn beso
Vir