las veo tras el cristal
Son cuatro y todas sonríen. Han quedado para tomar café y compartir sus vivencias de los últimos días.
Se podría pensar que no pasan por su mejor momento: algunas enfermedades sobrevuelan sus cabezas, no corren buenos tiempos tampoco en el trabajo, dolores de madres, dolores de hijas ... cicatrices que se cierran y algunas nuevas heridas.
Y, sin embargo, a la primera pregunta de ¿Qué tal?. Le llega una sonora respuesta, un ¡Muy bien!, sincero, cálido, tranquilizador.
Y dan rienda suelta a sus palabras y explican sin ningún dramatismo el resumen de sus días y se ríen de su suerte y le dan vuelta a sus circunstancias y se animan entre ellas.
Y, lo que podría haber sido un encuentro de lamentaciones y de quejas se convierte casi casi en una fiesta.
Las veo tras el fino cristal y pienso ¡esa es la actitud!, la de la gente valiente que vive la vida con entereza y la de los que sin ser tan valientes tienen la habilidad de poner en su vida a personas con esa fuerza.
Han terminado el café, vuelve cada una a su guerra y quedan para volver a verse y continuar la fiesta
(quizás cambien el café por unos mojitos planean ...)
¡Qué fuerza y ánimo da un café con la compañía de unas buenas amigas y compañeras de fatigas y alegrías!. Con esa reunión de viernes pilas para toda la semana. Espero se repita.
ResponderEliminarQue envidia de café.....
ResponderEliminarMe ha encantado eso de "gente valiente que vive la vida con entereza y la de los que sin ser tan valientes tienen la habilidad de poner en su vida a personas con esa fuerza"
Bs
leire
Por las buenas amigas. Las de siempre, las nuevas; las de los cafés y las de los mojitos. Porque gracias a ellas, la vida es mucho más fácil y maravillosa. Si me lees, gracias Leire.
ResponderEliminarSí, la fuerza de los momentos compartidos. Ana, como siempre, directa a la mitral. Marta
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