con su mochila roja colgada a la espalda, con su vida entera también colgada.
Le veo cada día en la misma esquina: la misma ropa, la misma mirada y esas frases inconexas que lanza al aire ...porque nadie se para.
Con su mochila roja, con su melena larga, con sus ojos perdidos, ¡con tan poca esperanza!
Un hombre que ha hecho de la calle su casa y nosotros ¡tan dignos! pasamos delante sin tan siquiera mirarla.
con su mochila roja y su vida colgada, unos con tanto ... y otros sin nada
foto:Source: samuelvigiano.files.wordpress.com via Ana on Pinterest
Qué triste perderlo todo y terminar en una completa soledad. Es una de las cosas más dramáticas que se me ocurren.
ResponderEliminarEs verdad, no podemos acostumbrarnos a ello, debemos arrimar el hombro y no cruzarnos de brazos.
ResponderEliminarY por supuesto , valorar lo que tenemos, ...
Bufff. Lo peor es lo que dices: la indiferencia que llegamos a tener ante estas situaciones... que encima cada vez y tal y como están las cosas, son más frecuentes.
ResponderEliminarBesote