3600 segundos. Un instante o una eternidad.
Una vez al año nos regalan una hora de ese tiempo tan preciado, ese que siempre nos falta.
60 minutos dan para leer unos versos o para avanzar algunos capítulos del libro que estamos leyendo, para dar un paseo (el otoño tiene sus "defectos" pero también es un momento muy especial para disfrutar del campo), para hacer esa llamada que lleva días esperando, para visitar a la abuela, para preparar galletas caseras, para hacer una guerra de cosquillas, para decirle a alguien que le quieres, para pedir perdón, para dar las gracias, para planificar la semana.
Parar reírse con tus hijos, para lanzar unas canastas (mamá pero qué mala eres!!), para escribir en el blog antes de que sean las doce.
A veces esperamos esos 60 minutos extras para dormiiiiir (eso sí, cruzando los dedos para que el resto de la familia haya decidido utilizarlos en lo mismo)
Espero que hayáis disfrutado del "exceso de tiempo" y, como la felicidad no es eterna (¿o a lo mejor sí??), os recuerdo que dentro de medio año nos quitarán la horita que ahora nos han regalado.
Yo he decidido arañar unos segundos a cada día para dedicarlos a algo bonito para no notar el siguiente cambio horario...
Feliz semana de adaptación ;)
Me gusta el comentario, es un buen consejo a seguir ...Pondré empeño. Feliz semana
ResponderEliminarBufff a mi hijo pequeño ayer el día se le hizo "eterrrno" ; el mayor hoy se ha levantado para las 7 de la mañana y yo esto de que oscurezca tan pronto no lo llevo nada bien. Vamos, que como dices, necesitamos "adaptación". Un besote y buena semana¡¡
ResponderEliminarMe encanta!!! Me quedo con la opción del paseo y si es con esa personita especial tanto mejor, el otoño efectivamente tiene muuuuuucho encanto.
ResponderEliminarUn saludo!!!