Mi pasión por los libros tiene a veces curiosas recompensas: ha llegado a mis manos un viejo y roto ejemplar del Romancero Gitano de Federico García Lorca (una edición de 1969 de Editorial Losada
El Romancero empieza con el Romance a la luna, luna (¡Qué suerte ser luna para que alguien te dedique un romance!!)
Ahí va un poco de poesía como contrapunto a una tarde húmeda y gris
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño
-Huye, luna, luna, luna
Si vinieran los gitanos
harían con tu corazón
collares y anillos blancos
Espero que os hayan dado ganas de salir corriendo en busca del romancero para seguir leyendo :))
Buenas noches Luna.
ResponderEliminarPausadamente voy leyendo los diferentes títulos de tu blog y te descubro con tu especial sensibilidad.
¿Como dejar de recordar El Romancero Gitano?
Por supuesto que es la Luna quien debe recordarnos nuestras lejanas clases de Lengua, cuando descubrimos a la luna y la fragua y......
Es bueno ponerle contrapuntos a nuestro caminar.
Saludos. J.C.