Llora. Desconsolado.
Su piel suave y delicada tiene una nueva marca de esta guerra que es la vida.
Ha caído y en su voz rota se suman el susto, el dolor y el miedo.
Una mano poderosa lo levanta con cariño y, mientras sigue el llanto, comienzan las caricias y se escucha una voz dulce que repite "cura sana, culito de rana, si no te curas hoy te curarás mañana"
Sonríe. Feliz.
Tener la magia de poder curar es uno de los mayores regalos de ser madre (o padre ... o abuelo)
¡Feliz viernes magos y magas!
Las palabras amorosas de consuelo y seguridad son un bálsamo mágico.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Si Mar, ese bálsamo que a veces a los mayores nos falta ;)
ResponderEliminarBuen fin de semana para ti también
Hoy por la noche al acostar a mis peques, de pronto el chiquito me dice que le duele la tripa. Yo me había preparado una infusión y le he dado un poquito. Al segundo me dice: "mami, eres la mejor. ya no me duele nada la tripa" y un abrazo de esos que te sobrecogen.
ResponderEliminarMUAKKK
Es una gran recompensa cuando nos dicen esas frases...
ResponderEliminarbesos Helena!