Fin de la primera parte.
Descanso merecido y tiempo para mirar atrás: al primer momento cuando la noticia cayó como una losa, cuando todo se hizo negro y, por un instante, pareció que no habría mañana.
No tuviste más remedio que coger aire y respirar hondo y revestirte de esa serenidad que siempre te ha caracterizado.
Y miraste a los ojos de los que tanto quieres y te rompiste de dolor pensando en cuánto les dolería a todos. ¡Así sois las buenas personas …!
Ha sido un tiempo duro para los que te rodean, extremo para ti (éso solo tú lo sabes) pero nos has dejado vivirlo compartiendo tu ánimo, tu optimismo, tu sinceridad, tu coraje y hoy …hemos terminado una fase. Sé que siempre has pensado en lo que los demás sufrían pero quizás no eras consciente de cuánto hemos aprendido contigo y, a veces, las lecciones son así, caras, muy caras pero ¡tan valiosas!
La química, como te gusta llamarla, ha hecho sus efectos: los buenos, mandando lejos a ese bicho que decidió venir a visitarte; los malos, con el ataque directo a tu cuerpo y con alguna secuelas que aún tendrás que aguantar algún tiempo.
La familia, los amigos, los “tantos y tantos” que han estado contigo te han dado la otra parte, la consecuencia “buena” de este capítulo que se acaba: los mimos, el cariño, las sorpresas (desayunos hospitalarios incluidos), las visitas inesperadas, los kilómetros recorridos para venir a verte, las horas de acompañamiento, los cafés, los mojitos, las risas, las lágrimas … y los silencios.
No hay ninguna experiencia en vano y ésta, tampoco lo ha sido.
Fin de la primera parte. Guarda en la mochila las inquietudes y las incertidumbres y saca tiempo para ir poco a poco cumpliendo esa lista de deseos que guardas desde hace meses en un precioso cuaderno.
Hoy, después de la última sesión, cierra por un momento este libro, permítete unas lágrimas y coge impulso de nuevo. Quedan más partes, más capítulos, pero ten por seguro que seguiremos leyéndolos contigo.
Gracias por acompañarme y por dejarnos participar a todos de tus "cosas importantes" con este blog al que tantos somos adictos y visitamos cada mañana con la ilusión de encontrar un post nuevo.
ResponderEliminarGracias por ser una de esas personas buenas que acompañas la vida de conocidos y desconocidos, gracias por sentir la vida cono la sientes y transmitirla cono lo haces. Gracias por enseñar sentimientos a través de una pantalla y dejarnos aprender de ti. Abrazos de corazón!
ResponderEliminarGracias por ser una de esas personas buenas que acompañas la vida de conocidos y desconocidos, gracias por sentir la vida cono la sientes y transmitirla cono lo haces. Gracias por enseñar sentimientos a través de una pantalla y dejarnos aprender de ti. Abrazos de corazón!
ResponderEliminarUfff. Tu manera de escribir, de contar lo cotidiano siempre me gusta. Pero el escrito de hoy es especialmente sutil, bonito, conmovedor. Qué suerte tenerte al lado.
ResponderEliminarUn besazo
No hay palabras...
ResponderEliminarAna, como siempre has expresado los sentimientos que las demás no podemos ni llegar a formular en nuestras cabecitas. Gracias
ResponderEliminarMarta
que bonito...y que fuerza tiene....
ResponderEliminarCon tu permiso me lo "guardo" para compartir muchos de los mensajes
Gracias
Leire
precioso, conmovedor, devastador. Precioso, precioso. Mucha fuerza y suerte.
ResponderEliminarOs habéis superado!!! la una y la otra,coraje y corazón. Gracias
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