Las manos cruzadas, aguantando el bastón.
Unas hojas de periódico cubriendo la piedra que desde hace mucho tiempo se ha convertido también en un ¿cómodo asiento? y todo el tiempo del mundo para hablar.
De los hijos, de los nietos, del presente, del pasado (que tiempos aquellos o qué duros tiempos), del futuro -del que tendrán los de alrededor, porque ellos ya no piensan en el suyo-
Mirarlos es poner la película de la vida en el botón de pausa, respirar y, -según el día- sonreír o derramar una lágrima.
Un rinconcito de pueblo resguardado del viento y mirando al sol.
Un banco de piedra y unos abuelos. Y, como telón de fondo, la muda compañía de un bastón...
Has hecho un retrato muy lindo, verlos charlar con la mano haciendose sombra, convencidos de tener razón, y con una palabra amable para el que pasa por delante. Abrazos
ResponderEliminarAlgunas veces me detengo a hacerme la misma reflexión,
ResponderEliminares como detener el tiempo, fuera las prisas.
Me transmiten calma y paz.
Besos
Y además de la compañía cuánta sabiduría.
ResponderEliminarQue bueno es saber, parar, sentarse, comentar, reflexionar, ... y mas en la sociedad actual. Si nos los encontramos no hay que dudar en pararse a saludarlos un momento , no nos arrepentiremos.
ResponderEliminarHoy la luna nos ha acercado al sol.